Historia

 

Desde 1882 a 1969

La primera competición internacional de importancia tuvo lugar en 1882 en Viena. Las primeras competiciones constaban de tres partes: las figuras obligatorias, en las que todos los patinadores realizaban el mismo trazado o figura sobre el hielo, las figuras especiales, en las que el patinador trazaba una figura de su elección, y el programa libre en el que se también se incluían saltos y piruetas. Aunque las figuras especiales requerían una gran habilidad, no eran muy populares entre los espectadores, ya que era imposible efectuar trazas complejas con un movimiento fluido sobre el hielo.

 

La Unión Internacional de Patinaje sobre Hielo, o ISU (International Skating Union), fue fundada en 1892. Los primeros campeonatos mundiales tuvieron lugar en 1896, en San Petersburgo, Rusia. Las competiciones de patinaje individual organizadas por la ISU se componían de dos segmentos: las figuras obligatorias y el programa libre. Al principio sólo competían los hombres, pero dado que el reglamento no excluía explícitamente a las mujeres, en 1902 la inglesa Madge Syers se presentó a los campeonatos y acabó en segundo lugar. A raíz de este suceso, la ISU decidió prohibir la participación femenina, pero dos años más tarde la permitió de nuevo, aunque creando una categoría separada de la masculina. En 1908 se introdujo la categoría de parejas, siendo así el patinaje uno de los primeros deportes en que las mujeres tuvieron la oportunidad de competir al más alto nivel.

El patinaje artístico debutó en los Juegos Olímpicos de 1908 en Londres como un deporte de exhibición; la competición tuvo lugar sobre una superficie de hielo artificial, al final de los Juegos. En 1920, el patinaje artístico se convirtió, junto con el hockey sobre hielo, en el primer deporte de invierno olímpico oficial, cuatro años antes de que los primeros Juegos Olímpicos de Invierno de 1924 se celebraran en Chamonix (Francia). Desde el debut olímpico de 1908 se competía en las categorías masculina, femenina y parejas. La competición de danza sobre hielo, introducida internacionalmente por primera vez en el Campeonato del Mundo de 1952, no tuvo lugar en los Juegos Olímpicos hasta 1976, en Innsbruck.

 

 Desde 1969 hasta la actualidad

Aunque en las disciplinas de parejas y de danza no se competía en figuras, estas últimas formaron parte del patinaje individual hasta 1991. Hasta 1969, las figuras contribuían un 60% a la clasificación final, y el programa libre, 40%. A partir de entonces la importancia de las figuras empezó a disminuir, como consecuencia indirecta de la transmisión de las competiciones por televisión: El programa libre resultaba más atractivo para una audiencia general sin un conocimiento técnico del deporte, que no entendía por qué los patinadores más artísticos, con los mejores saltos y pirueta acababan casi siempre peor clasificados que patinadores libres mediocres pero con más aptitud para las figuras. Esto impulsó la introducción en 1972 del programa corto y la reducción del peso de las figuras al 40% del total. Al paso de los años la contribución de las figuras fue reduciéndose aún más, hasta llegar a solo el 20% antes de su completa eliminación de las competiciones internacionales.

El cambio más reciente en el patinaje de competición fue la adopción de un sistema nuevo de puntuación basado en la suma de puntos totales obtenidos en los dos segmentos de la competición. Este método sustituyó al sistema «6,0», basado en la suma ponderada de los ordinales de clasificación en los dos programas. Una característica del antiguo sistema que causaba confusión a los espectadores, es que el orden de clasificación entre dos o más patinadores podía cambiar como consecuencia del resultado conseguido por otro competidor. Un ejemplo muy comentado ocurrió en el Campeonato Europeo de 1997, en el que la composición del medallero cambió drásticamente tras el programa del último patinador en la competición. También se criticaba que, a pesar del mayor peso dado al programa libre, una clasificación mala en el programa corto podía dejar a un competidor sin posibilidad de medalla, incluso en casos de empate técnico con patinadores en posiciones más altas. A partir de 1997 se empezaron a examinar métodos alternativos de puntuación.

El sistema actual se introdujo tras el escándalo desatado al revelarse que varios jueces habían hecho un pacto para influir en los resultados en los Juegos Olímpicos de 2002 en Salt Lake City. En algunos aspectos la reacción al cambio ha sido positiva: por ejemplo, los patinadores se han pronunciado a favor de recibir la puntuación detallada para cada elemento. El nuevo sistema también ha recibido críticas por ser, paradójicamente, más sensible a un error o manipulación intencionada por parte de los jueces y por su costo en personal y medios técnicos, lo cual dificulta su adopción por clubes de patinaje y federaciones nacionales.